Criollismo
El criollismo, corriente literaria conocida también como regionalismo,
logró su apogeo en Hispanoamérica hacia las tres primeras décadas del siglo XX;
sus escritores muestran una definida posición nacionalista en el arte y una
conciencia literaria madura. Son considerados como americanistas, porque se
apartan de las tradiciones europeas y centran su interés en el continente
americano. Sin embargo, existe una diferencia con respecto a los americanistas
del período romántico (Echeverría y otros) y de los indigenistas de la misma
época (Zorrilla de San Martín y otros), ya que ponen su objetivo en el paisaje
antes que en los individuos; por esto son notoriamente descriptivos y los
personajes de sus obras son por lo común víctimas de esa naturaleza americana,
brutal, inhóspita y grandiosa. Estos autores son excelentes artistas que
dominan la técnica de la novela, el relato o el cuento, ya que han madurado en
la escritura hispanoamericana, después de la maestría literaria que habían
revelado en sus obras los poetas y prosistas del modernismo; en consecuencia,
continúan esta tradición modernista de hacer verdadero arte escrito, pero con
contenidos nacionales, antes que los cosmopolitas preferidos por sus
predecesores.
La prosa Criollista
De la fusión del realismo tradicional, ya renovado con la influencia del
naturalismo y con el legado culto y esteticista de la corriente artística del
modernisno, surge una fecunda y madura forma de narrar en Hispanoamérica que,
en su origen, se puede designar con el nombre de narrativa modernista
criollista. La narrativa criollista encuentra sus recursos en el realismo y el
naturalismo y se acercó a veces a la literatura poética del Modernismo, pero
tomó su propio cauce hacia una descripción objetiva de la realidad. Volteó los
ojos a las costumbres y paisajes de la región en donde el sujeto-contemplador
se acerca al objeto-contemplado. La narrativa modernista criollista se interesa
por mostrar la vida criolla, sus contrastes, sus conflictos, temas límites como:
la lucha del hombre con la naturaleza, la lucha del hombre con los demás hombre
y la lucha del hombre consigo mismo, todo ello, ya no como un mero inventario
de hechos o como un álbum de cuadros de costumbres, sino como la materia de una
obra cuya unidad final proviene de una concepción estética, la Modernista. En
algunas narraciones predomina un realismo matizado con gustos por lo artístico
y en otras la inclinación hacia un realismo agresivo y descarnado
(naturalismo), pero en todas, en mayor o en menor grado, siempre la mezcla de
las dos corrientes.
Características del criollismo
• Los autores dominan el manejo de la lengua y conocen a fondo los
regionalismos de vocabulario sintácticos, que usan sin prejuicios en sus obras.
• Los diálogos se caracterizan por la fidelidad a las hablas locales.
• Los escritores
del criollismo conocen a fondo la psicología de los habitantes de esas
regiones, y los presentan con exageraciones o idealizaciones irreales.
Los representantes del movimiento criollista en Hispanoamérica fueron,
entre otros, Rómulo Gallegos, Francisco Lazo Martí y Luis Manuel Urbaneja
Achelpohl, considerado como padre del criollismo venezolano, porque fue quien
usó por primera vez la palabra 'criollismo' en su revista Cosmópolis; José
Eustasio Rivera (Colombia); Horacio Quiroga (Uruguay-Argentina); Ricardo
Güiraldes y Benito Lynch ,(Argentina).
Urbaneja Achelpohl es el creador del criollismo
en la literatura venezolana; concibe sus personajes como su propia vida: están
llenos de un aire rural saludable y se muestran como hombres rudos apegados a
su paisaje y a su cielo. Dentro de las obras de Manuel Urbaneja Achelpohl
están: El Cojo ilustrado, por su relato "Flor de Selva". Entre 1896 y
1898 fue un asiduo colaborador de esta revista, en la que publicó numerosos
cuentos.
Las novelas publicadas por Urbaneja Achelpohl
son las siguientes: En Este País , la cual ganó el segundo premio en un
concurso realizado en la Argentina en 1910; El Tuerto Miguel, novelín publicado
en 1927 y La Casa de las Cuatro Pencas (1937). Fuera de la obra novelística,
Urbaneja Achelpohl realizó una considerable obra cuentística. Pero los cuentos de
Urbaneja han quedado dispersos en las mejores revistas de la época que se
publicaban en Venezuela. En 1944, la viuda del escritor, doña Lola Pelayo de
Urbaneja Achelpohl, empezó a publicar bajo el titulo El Criollismo en
Venezuela, esa obra que hasta el momento había permanecido disgregada, consiste
en prédicas y cuentos de ambiente venezolanista. Realmente, Urbaneja empezó por
afinarse en el cuento para llegar a la novela. Sus cuentos, como Los Abuelos,
Flor de Mayo. Botón de Algodonero, Flor de las Selvas, etc., representan en
miniatura, pudiéramos decir, el mundo de las novelas.
MODERNISMO
Razón del término "Modernista"
El término "moderno" se utiliza para nombrar lo que sigue la
"moda" de una época, es decir aquello que va de acuerdo con las tendencias
de su tiempo. La iniciativa de dar este nombre al movimiento de América Latina
partió de Rubén Darío, quien es un artículo sobre Ricardo Contreras publicado
en Chile publicado en 1888, califico el estilo de este escritor mexicano como
"expresión moderna". Dos años más tarde, en un comentario sobre una
visita realizada a Ricardo Palma, empleo el término "Modernismo" para
calificar el "espíritu nuevo" que movía a un grupo de escritores.
Durante un tiempo la denominación fue empleada de una manera peyoritativa,
para referirse a la nueva generación de escritores llamándolos decadentes,
amanerados y extranjerizantes. El modernismo no recibió el reconocimiento y el
respeto publico hasta que Rubén Darío se acredito su legitimidad como
movimiento estético con valores propios y con fuerzas renovadoras
positivas.
· Comienzos
El modernismo literario tuvo su origen en Hispanoamérica, entre los años
1880 y 1914, impulsado en especial por el poeta nicaragüense Rubén Darío.
Aquí en Hispanoamérica se registro una lenta pero creciente reacción
contra las corrientes académicas y románticas, protagonizadas por varios y
renombrados escritores como por ejemplo González Prada, Salvador Díaz Mirón,
entre otros.
En el desarrollo del modernismo, es posible identificar los siguientes
momentos:
Iniciación: La primera generación modernista (1882-1896). José Martí y Manuel
Gutiérrez Nájera inician un trabajo de actualización de la lengua,
principalmente en la prosa, aunque también en el verso, muy fijos al modelo
español.
Culminación: En 1888, Rubén Darío publica su libro Azul. En esta época ya se habían
realizado grandes innovaciones en la palabra poética. Por medio de su obra en
Chile, Argentina y España, Darío realiza una tarea excepcional, que consolida
el Modernismo como movimiento continental y se convierte en su síntesis más
brillante, tanto en América como en España. En 1896 se edita Prosas Profanas,
el libro de Darío que oficializa el Modernismo en Hispanoamérica.
Continuación: La segunda generación modernista. Consagrado Rubén Darío como jefe de
la escuela del Modernismo, cuando ya los iniciadores habían muerto
prematuramente, los escritores de esta segunda generación continuarían la obra
con sus aportes personales. Ellos son, entre otros, Leopoldo Lugones, Ricardo
Jaimes Freyre, Amado Nervo, y Julio Herrera y Reissig.
· Características y Estilo
En sus comienzos, el estilo modernista fue muy recargado y estuvo
dominado por los temas exóticos e indigenistas, pero con el tiempo se fue
haciendo cada vez más depurado y alcanzo expresiones de gran purismo lírico,
como las rimas de Juan Ramón Jiménez.
Los temas preferidos por los poetas modernistas reflejaban el mundo
intimista y subjetivo del autor, así como una atracción por lo original e
insólito y cierta carga de melancolía.
El poeta sentía una absoluta necesidad de evadirse hacia paraísos
idílicos y una gran añoranza del pasado mítico y legendario, sentimientos que
solían acompañarse del culto por la belleza y lo erótico y del rechazo del
mundo real.
Es muy frecuente la alusión de culturas lejanas, también los escritores
de este movimiento se caracterizaban por su deseo de ser cosmopolitas y
trascender la realidad en la cual vivían, esto los llevo a tomar imágenes
tomadas de culturas exóticas, europeas, de Oriente o pertenecientes a otras
épocas.
Para expresar sus preocupaciones y sentimientos, los modernistas
recurrieron a una renovación formal y estilística, en la que eran frecuentes
los símbolos, los giros complejos con palabras de gran sonoridad o la laberíntica
combinación de las rimas de un amplio vocabulario metafórico, integrado por un
amplio vocabulario metafórico, integrado por flores (loto, crisantemo,
nenúfar), animales (cisne, ibis, cóndor), piedras preciosas, colores, ciudades
exóticas y abundantes referencias a otras artes.
Así, pues se pueden establecer los siguientes rasgos del
Modernismo:
¨ Amplia libertad creadora.
¨ Sentido aristocrático del arte. Rechazo de la vulgaridad.
¨ Perfección formal.
¨ Cosmopolitismo: el poeta es ciudadano del mundo, está por encima de la
realidad cotidiana ¨ Actitud abierta hacia todo lo nuevo.
¨ Correspondencia de las artes (aproximación de la literatura hacia la
pintura, la música, la escultura).
¨ Gusto por los temas exquisitos, pintorescos, decorativos y exóticos.
Se constituyen como temas la mitología, la Grecia antigua, el Oriente, la Edad
Media, etc.
¨ Práctica del impresionismo descriptivo (descripción de las impresiones
que causan las cosas y no las cosas mismas).
¨ Renovación de los recursos expresivos: supresión de vocablos gastados
por el uso; inclusión de vocablos musicales y de uso poco frecuente;
simplificación de la sintaxis; aprovechamiento de las imágenes visuales;
etc.
¨ Renovación de la versificación: se le dio flexibilidad al soneto. Se
prefirieron la versificación irregular, el verso libre y la libertad estrófica,
que dio a la Silva variedades desconocidas
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