Buanas tardes alumnos de 5to. Año A y B abajo encontraran la lectura que deben imprimir para realizar la última evaluaciòn de Castellano (copien y pequen en word), es necesario que TODOS lo tengan de manera INDIVIDUAL, se agradece de la misma manera traer hoja de examen, aclaro: EL ANÁLISIS ES PARA REALIZARLO EN EL AULA, NO ES PARA LLEVARLO HECHO.
Persistiré
hasta alcanzar el Éxito
Persistiré,
persistiré y persistiré de nuevo. Cada obstáculo que se me presente, lo
consideraré como un mero rodeo en el camino que me lleva a la meta, y un
desafío a mi profesión.
En el Oriente los toros jóvenes
son puestos a prueba en cierta forma para la corrida en la plaza. Estos toros
son traídos a la plaza y se les deja atacar al picador que los pica con una
lanza. La bravura de cada toro se calcula entonces con cuidado, según las veces
que demostró su disposición de embestir a pesar de la picadura de la lanza. De
aquí en adelante reconoceré que todos los días la vida me pone a prueba en
igual forma. Si persisto, si sigo probando, si continúo embistiendo alcanzaré
el éxito.
En este mundo no nací en derrota,
ni el fracaso corre por mis venas. No soy una oveja que espera ser aguijoneada
por el pastor. Soy un león y me niego a hablar, a caminar o a dormir con las
ovejas. Me abstendré de escuchar a aquellos que lloran y se quejan, porque la
enfermedad es contagiosa. Que ellos se unan a las ovejas. El matadero del
fracaso no es mi destino.
Los premios de la vida se
encuentran al fin de cada jornada, y no cerca del comienzo, y no me corresponde
a mí saber cuántos pasos son necesarios a fin de alcanzar mi meta. Puede aún
sobrecogerme el fracaso al dar mi milésimo paso, y sin embargo quizá el éxito
se oculte detrás del siguiente recodo del camino. Jamás sabré cuan cerca estoy
del éxito a menos que doble la curva.
Siempre daré un paso más. Si ése
no es suficiente daré otro y aún otro. En realidad, un paso por vez no es muy
difícil.
De aquí en adelante consideraré
el esfuerzo de cada día como un golpe de la hoja del hacha contra un poderoso
roble. El primer golpe quizá ni cause temblor en el árbol, ni el segundo ni el
tercero. Cada golpe en sí mismo quizá sea insignificante y al parecer sin
consecuencia. Y sin embargo como resultado de golpes endebles, el roble
finalmente se tumbará. Y así será con mis esfuerzos de hoy.
Se me comparará con las gotas de
lluvia que finalmente se llevan la montaña; la hormiga que devora al tigre; la
estrella que ilumina la tierra; el esclavo que construye una pirámide.
Edificaré mi castillo usando un ladrillo por vez porque yo sé que los pequeños
intentos, repetidos, completarán cualquier empresa.
Jamás aceptaré la derrota y
borraré de mi vocabulario palabras o frases como abandono, no puedo, imposible,
irrealizable, improbable, fracaso, impráctico, sin esperanzas y retirada;
porque son palabras de necios. Huiré de la desesperación, pero si esta
enfermedad de la mente me atacara, seguiría trabajando en medio de la
desesperación. Trabajaré y aguantaré. Pasaré por alto los obstáculos que se
yerguen a mis pies, y mantendré los ojos fijos en las metas por encima de mi
cabeza, porque sé que donde termina el árido desierto, crece la verde
vegetación.
Recordaré la antiquísima ley de
los promedios y la adaptaré para mi beneficio.
Persistiré con la convicción de
que cada vez que fracase en una venta, aumentarán las posibilidades de éxito en
la tentativa siguiente. Toda vez que escuche un no, me aproximará al sonido de
un sí. Toda vez que me encuentre con una mirada de desaprobación recordaré que
sólo me prepara para la sonrisa que hallaré después. Cada desventura que me
sobrevenga contendrá en sí la semilla de la buena suerte del mañana. Debo
contemplar la noche para apreciar el día. Debo fracasar con frecuencia para
tener éxito una sola vez.
Persistiré, persistiré y
persistiré de nuevo. Cada obstáculo que se me presente, lo consideraré como un mero
rodeo en el camino que me lleva a la meta, y un desafío a mi profesión.
Persistiré y desarrollaré mis habilidades como el marino desarrolla las suyas,
aprendiendo a dominar la furia de cada tormenta.
De aquí en adelante, aprenderé y
aplicaré otro secreto de aquellos que sobresalen en su trabajo. Cuando haya
terminado el día, sin tener en cuenta si ha sido un éxito o fracaso, procuraré
realizar una venta más. Cuando mis pensamientos inviten a mi cansado cuerpo a
retornar a la casa, resistiré la tentación de hacerlo. Trataré de realizar una
venta más. Haré un intento más de cerrar el día con una victoria, y si ese
intento fracasa haré otro. No permitiré jamás que ningún día termine en
fracaso. De esta manera plantaré la semilla del éxito del mañana y lograré una
ventaja insuperable sobre aquellos que cesan de trabajar a una hora proscripta.
Cuando otros ponen fin a la lucha, la mía habrá comenzado, y mi cosecha será
amplia.
Ni permitiré tampoco que los
éxitos del ayer me hagan caer en el sopor de la complacencia del hoy, puesto
que ésta es el gran fundamento del fracaso. Me olvidaré de los acontecimientos
del día que ha pasado, ya fuesen buenos o malos, y saludaré el nuevo día con
confianza de que éste será el mejor día de mi vida.
Mientras haya hálito en mí,
persistiré. Porque ahora sé uno de los grandes principios del éxito; si
persisto lo suficiente alcanzaré la victoria.
Persistiré, alcanzaré la
victoria.
El Fracaso no me sobrecogerá
nunca si mi determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa.
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